viernes, marzo 05, 2010

El negro, Mexico y los narcos.


Estimados lectores hoy quiero platicar con ustedes una historia que escuche por ahi mientras trata un carro para comprar, no me crean no me pasó a mi pero si a alguien muy cercano.


Era un dia soleado de principios de invierno, la consulta habia estado muy sofocante ese dia, como ustedes se podrán imaginar en un pueblo pequeño donde casi toda la gente se conoce, los chismes corren rapido y la llegada de dos nuevos pasantes es como informar que fidel castro se volvio cristiano y que cuba ahora es la capital de los musulmanes.


Ese dia estubierón en la consulta 60 mujeres por dolores cabeza de origen desconocido y que milagrosamente se curaban despues de la platica con el Doctor de turno, otros tantos por hongos en los pies de meses de antiguedad pero que por alguna extraña razon ese dia en particular le dolia mas, en fin un monton de cosas nada que ver, nuestros amables protagonistas acostumbrados a la friega( chinga) del seguro social estaban acostumbrados a ver Traumas craneoencefalicos, balazos infartados etc.


Como a eso de las 5 de la tarde se escucharón unos disparos justo afuera del centro de salud de mencionada localidad, como es de esperarse el centro se vacio y quedó como oficina de hacienda en tiempos no tributarios. Todos,. absolutamente todos los trabajadores del centro de salud se fueron hacia sus sagrados hogares, la responsable de velar por el bienestar de los pasantes, tomo su enorme Hummer H2 y salio a toda maquina derribando asi la barda perimetral de dicho nosocomio.


Nuestros valientes heroes a quien llamaremos Juanito y Pedrito pos como no tenian a donde ir, se quedarón encerrados ante la espectativa de que pasaría, como ya no se escuchó nada se levantaron del piso, y continuarón con sus actividades.


Aproximadamente una hora despues del suceso un vehiculo compacto se estaciono frente a la entrada principal, de el bajo un señor mayor con canas que cubrian su enorme cabellera, su paso era lento pero seguro, parecia no tener miedo ante semejantes sucesos acaecidos anteriormente. Cuando me disponia abrir la puerta ya que habia tocado el timbre lo invite a pasar y cortesmente me respondio que le abriera con tan alegre sonrisa.


Despues de unos minutos de intercambiar palabras con tan amable señor le hice la siguiente pregunta: " ¿Amigo no tiene usted miedo de andar en la calle con estos disparos que estan pasando? a lo que el hombre me respondio con voz calmada, Dr. Yo soy Mr teeth, me encargo de la distribucion de drogas a lo largo y ancho de nuevo leon, los disparos los tiraron gente que trabaja para mi, no tenga miedo.


Esas palabras me hicieron sentir como mis compañeras virgenes del servicio social, bien cerradito, me dio miedo, deseos de correr, hambre y hasta diarrea, me encontraba frente al hombre mas buscado de nuevo leon y aunque no habia sido el primero en ver, si quizas el primero en salir vivo de ahi. Lo consulte, tenia una pequeña herida en un brazo y listo.


Aquel dia comprendí que nadie sabe para quien trabaja y quien menos crees ese es. ESta historia no me paso a mi, no me crean solo la escuche por ahi.