miércoles, marzo 14, 2012

El negro, el dr black y la paciente con tos

Estimados lectores aqui les traigo una historia que me paso algun dia en la clinica Santa Chabela.

Era ruidosa mañana de un traquilo dia, como todas las mañanas me dispuse a atender amablemente a todo el auditorio que me esperaba afuera del consultorio para ser atendido.  Hasta las 10 am no habia visto nada relevante, un monton de diarreas, vomitos, tos, y una que otra dama intentando coquetearme, claro acompañada por sus 6 hijos.

Despues de echarme un maraton  y ver 20 gentes en 4 horas estaba un poco exhausto, pero al ver entrar a esta dama de mas 80 años encima me rejuveneci en un instante. Buenas tarde dijo ella "buen dia " respondi" y asi comenzo la platica. Pasamos desde su nacimiento hasta cuando se fugo con su primer esposo (el primero de tres) me conto como la vida la habia sacudido, y entre historia e historia yo la interrogaba de su enfermedad.

Pasaron como 20 minutos cuando llegue a la pregunta obligada para todo paciente con tos, ¿De que color es la flema? a lo que ella respondio "no se" pero en un segundo se lo muestro, agarro un pedazo de papel, lo puso en su mano y procedio a sacar desde lo mas profundo de su alma ( y creo que tambien desde el higado) un kilo de gargajo (catarro, moco) mismo que se movia en camara lenta mientras caia desde su boca hasta el papel que estaba en su mano derecha.

Wacala exclame por dentro mientras mi cuerpo se preparaba para lo inminente: vomitar. Saque fuerzas desde lo mas profundo de mi ser y me aguanté, tuve que ver con estos ojos que se los van a comer los guzanos ese pedazo gigantezco de gargajo de color verde, dije que estaba bien con la cabeza y procedi a escribir su receta.

Mientras escribia no podia dejar de pensar en esa cosa verde, radioactiva que mis ojos habian presenciado. Termine le entregue la receta, la viejita con todo el amor que emanaba de su cuerpo me dijo "doctor aqui le dejo esto para que lo examine mas a fondo" y me entrego el papel con el gargajo incrustrado.

Lo tome en mi mano, e inmediatamente senti como el acido corroia mi mano, las terminaciones nerviosas de paccini y las libres se hiper estimularon hasta que logre soltar tan peligroso contenido en el bote de la basura.

Esta es una historia real que me causa mucho desagrado, pero espero que les halla agradado mi estimado publico, hasta la proxima.

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