domingo, mayo 11, 2014

El dr black y los 5 pesos de la muerte

Mis estimados lectores, dirán ustedes que los tengo abandonados, les pido una disculpa pero las tareas cotidianas han hecho merma en mi tiempo libre. El día de hoy les traigo una historia que acabara con sus ansias de tener una lección del dr black.

Era un amanecer sombrío de un día claridoso, como todos los días fui levantado de mi cama por el toque frio de un poco de escarcha en mis áreas nobles, mi madre acostumbraba estos métodos al ver que la voz no hacia mella en mi estado catatónico. Salté de la cama, prepare mi ropa y me dirigí hacia la escuela. La escuela era un lugar delicioso, realmente iba a la escuela no para aprender sino para disfrutar de la compañía de mis amigos. Ese día transcurrió sin pena ni gloria, el desfile interminable de maestros hacían que el salón pareciera una exposición de moda, alumnos hablando en un rincón, muchachas intentando seducir a este hermoso cuerpo (sí, claro). Lo único relevante en ese día fue al terminar el horario de clases. Tome mi mochila, los 5 pesos que me daban para pagar el transporte y me enfile hacia la libertad, levante mi ego, rebaje mi orgullo y justo cuando estaba saliendo por la puerta apareció un personaje a quien llamaremos: ‘Malpasé’ este sujeto de procedencia extranjera (haitiano) solía apostarse afuera de la escuela ofreciendo sus deliciosos manjares de 5 pesos, el vendía: Cacahuates dulces, empanadas, jugos de naranja entre otras cosas. Como cosa extraña ese día se me antojaron unos cacahuates dulces, saque los únicos 5 pesos que habitaban en mi bolsillo y se los compré.

Como ya no tenía dinero decidí caminar los 3 km que me separaban de mi dulce hogar, el sol calentaba como fuego del infierno, las calles tenían espejismos por la gran carga de calor que recibían, y por consiguiente mi capacidad de análisis comenzó a sufrir. Comencé a sentir que mi estómago sonaba como gatos, y que mi cabeza veía doble la mayoría de las cosas. Pensé “será que me estoy transformando en un alíen” pero esa idea desapareció cuando vomite estilo exorcista todo lo que había comido en ese día.

Seguí caminando pero mi cuerpo ya no daba más, el estómago que parecía pelearse una tripa con la otra comenzó a ponerse grande y duro, realmente los pensamientos acerca del fin de mi vida se hacían cada vez más palpables. No pude avanzar más sin tener que detenerme a descargar los 5 pesos de cacahuates que me había vendido “malpase” en aquella tarde que hasta ese momento pintaba excelente.

Como pude llegue a mi casa sentí como las puertas del cielo se abrían al recibirme, allí me encontré  a mi padre. Me pregunto porque olía medio extraño, ahí tuve que contarle mi historia con los cacahuate embrujados, a lo que él me dio la respuesta menos probable que pude imaginarme: “para que comprabas cacahuates de haitianos, no sabes que ellos salan eso con PIPI”


Esa noche pude dormir a gusto después de tomarme 3 butilhioscina, 2 bismuto y un caldo de verduras. Al día siguiente al salir de clases ahí se encontraba “malpase” solo que en esta ocasión pase sin mirarlo, aborde mi taxi y en 10 minutos ya estaba en mi casa acostado y lo mejor… sin el vómito ni la diarrea.

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